En Italia, en una pequeña
colina llena de color, se extiende un viñedo de mezcla verde y amarillo que
brinda uvas a los pobladores, quienes elaboran un néctar que embrujan a los
enamorados. Bebida de los dioses le llaman, los rumores cuentan que si lo bebes
a lado de quien amas, la felicidad será eterna.
¿Bebida embrujada? Repetía Ana
en su mente sin parar, mientras iba rumbo al viñedo con su marido; al llegar al
lugar su corazón se aceleró, el lugar estaba muy lejos de ser mágico, era
tenebroso y raro, pero no mágico. Eso no
impidió que el esposo tuviera ganas de catar un buen vino, se dirigieron con
los trabajadores del viñedo, quienes no se negaron a servirles, sentándolos en
una sábana en medio del campo con diferentes bocadillos; al servir el vino el
líquido en las copas era tan espeso que se asemejaba a la sangre.
Ana no bebió, sospechaba que
algo raro pasaba, su pareja al no percatarse de nada, bebió y al poco rato le
dijo que se sentía mareado y se desmayó, Ana empezó a gritar y a pedir ayuda,
cuando de repente, despertó.
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